miércoles, 25 de agosto de 2010

El urbanismo de Oleiros (II)

Ya hemos visto cómo ha crecido Oleiros. Este crecimiento se ha basado en la creación de nuevas urbanizaciones, alejadas de los núcleos tradicionales. Pero además, no ha sido un crecimiento equitativo dentro del municipio. Si dividimos el Ayuntamiento en dos áreas, Norte y Sur, vemos que la zona Sur ha sido mucho más desarrollada que la Norte. Ello ha provocado no sólo una mayor presión urbanística, sino también una gran diferencia en los servicios básicos que pueden disfrutar los vecinos de una zona y de otra. Así, mientras zonas como Perillo o Santa Cruz, disfrutan de zonas privilegiadas con servicio de limpieza viaria diaria, recogida de residuos urbanos con contenedores soterrados o líneas electricas subterráneas, otras zonas como Dexo, Lorbé o Dorneda carecen de alcantarillado, la limpieza viaria es muy deficitaria y los contenedores de residuos sólidos urbanos o no existen o despiden olores pestilentes por estar a la intemperie.  

Alto de Perillo
Avenida República Uruguay
Es la diferencia entre el "Oleiros guapo", y el "Oleiros real", de las que podemos ver algún ejemplo en estas fotos de Google Earth. Aunque lo mejor, como siempre, es pasear por Oleiros y ver cada uno con sus propios ojos las diferencias existentes. 

Uno de los grandes retos del futuro de Oleiros, es eliminar esa desigualdad, y que todos los vecinos, independientemente de dónde vivan, puedan disfrutar de la misma calidad de vida y del mismo nivel de servicios
Lorbé
Sin embargo, los que esperen que el nuevo plan general resuelve estas diferencias, se equivocan. El Plan General de Ordenación Municipal de Oleiros, se aprobó en marzo de 2009 de manera definitiva parcialmente. Esto significa que existían pequeñas deficiencias en el documento presentado por el Ayuntamiento, que podían ser resueltas fácilmente, y que con su subsanación y nueva presentación para la aprobación, el Plan quedaría aprobado en su integridad. Sin embargo, pasado más de un año, no ha sido así. ¿Por qué?

 Veámoslo. El Plan aprobado en 2009 es una revisión del aprobado en el año 1997, que a su vez revisaba el primer plan del municipio de 1984. Empezó su tramitación en el año 2003 y, quizá por ello partió de los mismos errores que habían tenido sus antecesores. Como ya dijimos, Oleiros se basa únicamente en el urbanismo, siendo su única fuente de ingresos la venta de suelo (sin contar con las transferencias de las Administraciones públicas, que tienen todos los ayuntamientos españoles). Así que el Plan partió de la premisa de seguir con la clasificacion de suelo urbanizable para aumentar la superficie construible en Oleiros, y poder seguir así financiándose con la especulación del suelo obtenido de la gestión urbanística. 
   Sin embargo, la crisis internacional del año 2006, y sus efectos sobre la burbuja inmobiliaria en España a partir del año 2007, dejaron desfasado el Plan antes incluso de ser aprobado. De repente, las grandes promociones inmobiliarias y las nuevas urbanizaciones desaparecieron, y con ellas, la posibilidad, tanto de vender el suelo que ya tenía el Ayuntamiento, como poder adquirir nuevo suelo vía cesiones para su venta. Los ingresos se esfumaron, y empezó la crisis económica de Oleiros. ¿Cómo financiar un ayuntamiento que vive de la construcción, si ya no interesa construir, ni existe financiación para hacerlo? A pesar de ello, el Ayuntamiento siguió adelante con la aprobación del Plan, sabedor de que el futuro era muy negro. 
  A los problemas que se iban a derivar de la crisis financiera-inmobiliaria, el Plan tenía que hacer frente a un nuevo problema que fue ignorado en la redacción del Plan General: la huella sonora. ¿Qué es esto?
  Oleiros se encuentra en la cabecera de pista del Aeropuerto de A Coruña (sito en Culleredo), y está afectado por las servidumbres aeronáuticas de éste. Por un lado, están las derivadas de la colocación de las radiobalizas, cuya consecuencia es que en una amplia superficie del territorio de Oleiros, está prohibido construir si se superan los 100 m de altura (ej. en una zona alta, con una cota de 95 m, no podríamos construir una vivienda de bajo y dos plantas, con 9 metros de altura, porque el límite está en 100). 
  Otra de las servidumbres que existen, viene determinada por el ruido procedente de las operaciones del aeropuerto: la huella sonora. Se trata de una zona donde el nivel de ruido supera (o puede superar) unos determinados niveles de decibelios, y en la que se prohiben determinados usos para la construcción (es decir, se puede construir, pero no se puede usar para algunas cosas) que son residencial (vivienda), hospitalario y educacional. ¿El motivo? El bienestar de las personas que se encuentran en la zona (esto viene de una normativa europea y nacional). 
  Todos los aeropuertos, sin excepción, tienen un Plan Director, que contiene, entre otras cosas, la huella sonora. Cuando ese Plan Director se modifica, la ley obliga a que se realice una nueva huella sonora. Esto es lo que se hizo en el año 2006, en el Aeropuerto de A Coruña. Dicha modificación fue comunicada al Ayuntamiento, que ignoró lo que le estaban diciendo (o no lo entendió), y no incluyó las zonas afectadas en el Plan General (se incluyó la zona que estaba vigente en el año 2003). Consecuencia: Aviación Civil debe informar favorablemente todos los planes urbanísticos (informe preceptivo y vinculante), pues sin su visto bueno, no se puede aprobar el Plan General. Obviamente, como no se recogían las servidumbres aeronáuticas correspondientes (huella sonora incluida), no pudo emitir un informe favorable, y le comunicó en febrero de 2009 al Ayuntamiento, que en la zona marcada como huella sonora actual (linea roja) y previsible (línea malva), no se podían destinar esos suelos a uso residencial, hospitalario ni educacional (caso de los suelos urbanizables). Y en el caso de viviendas existentes, o solares (suelo urbano consolidado), podían hacerse obras siempre y cuando no se hubiera modificado la ordenanza que las regulaba (ej. si yo tenía una casa dentro de la huella sonora, en Ordenanza 2A, y el  nuevo Plan preveía ahora una 2B, yo podría obtener una licencia siempre y cuando aplicase la 2A) y además se remitiese el expediente a AENA para su informe antes de conceder licencia alguna. Esta es la situación en la que, a día de hoy, se encuentra el Ayuntamiento y los vecinos afectados. 
   ¿Solución? Como se trata de una revisión del Plan, no de uno nuevo, este problema podría solucionarse de modo fácil y sencillo: dejando las Ordenanzas de suelo urbano sin modificar (es decir, como figuraban en el Plan del 97) y cambiando los usos de los suelos urbanizables (a industrial, comercial....cualquiera que  no sean esos tres prohibidos). O bien, esperar a que el Aeropuerto apruebe un nuevo Plan Director, y se establezca una nueva huella sonora. Esta segunda solución, es la que ha adoptado el Ayuntamiento de Oleiros: esperar a que se haga la ampliación de Alvedro, se modifique el Plan Director y ver cómo queda finalmente la huella sonora. OJO, modificar la huella quiere decir que puede reducirse... o ampliarse; por ejemplo, podría tener menor longitud, pero más anchura; o mantener la longitud actual y ampliar su radio de acción a zonas hoy no afectadas.
  Un problema secundario, fue que la Xunta de Galicia, detectó que varias zonas clasificadas como suelo urbano consolidado,  no reunían los requisitos que establecía la legislación autonómica (ley 9/2002), y por lo tanto le pedía al Ayuntamiento que, o bien justificase correctamente esa clasificación y el cumplimiento de los requisitos de la legislación vigente, o bien cambiase la clasificación del suelo de esas zonas. El principal problema, es que esas zonas no cumplen el requisito de estar integradas en la malla urbana, que es previo al resto de los requisitos (contar con acceso rodado, saneamiento, etc). Es decir, si se tienen los servicios, pero no estamos en una malla urbana, no podemos clasificar el suelo como urbano. 
  Solución: la mayor parte de esas zonas, son pequeños núcleos tradicionales, por lo que se podría variar la clasificación a suelo urbano de núcleo rural. Claro que la consecuencia es que los núcleos rurales tienen una zona de expansión restringida y deben cumplir unos requisitos (por ejemplo, no se pueden hacer urbanizaciones y hay que respetar la tipología constructiva de la zona), por lo que el Ayuntamiento decidió no hacer nada y dejar esos suelos en suspenso. 

   En resumen, el urbanismo de Oleiros, si bien se puede citar como ejemplo de apuesta por la regulación y la gestión del suelo, deja mucho que desear en previsión y ejecución. Los Planes Generales de Oleiros no se han aprobado para ordenar el municipio y preveer un crecimiento sostenido, sino simplemente para permitir al Ayuntamiento el poder tener una fuente de ingresos fácil y abundante. El problema surge porque sólo se ha previsto un crecimiento residencial; no se ha apostado por la mejora de las comunicaciones, ni la reserva de suelo industrial y/o comercial, y ahora que el sector de la construcción atraviesa una grave crisis, los ingresos del Ayuntamiento son prácticamente nulos. Hay que recordar algo a mayores: lo que el Ayuntamiento ingresa por tasas e impuestos de la construcción, se destina a gastos corrientes (nóminas, luz, agua, etc). Pero el dinero que se obtenía de la venta de suelo, está afecto única y exclusivamente a la inversión en obra pública. Es decir, si no hay venta de suelo, el Ayuntamiento pierde su capacidad de financiar obra pública con recursos propios. Pero del tema económico hablaremos en otro post. :) 

 ¿Qué futuro tiene entonces el nuevo plan general? ¿Cuánto tendremos que esperar hasta que se apruebe en su integridad? ¿Es posible que prospere algún recurso y se anule el Plan? ¿Se debería revisar nuevamente y reducir los suelos destinados a uso residencial, incrementando el industrial/comercial?

El urbanismo de Oleiros (I)

Vivir Oleiros pretende ofrecer información sobre los aspectos más relevantes de nuestro ayuntamiento, y servir de punto de encuentro y debate de nuestra forma de vida actual y futura.
Si algo caracteriza a Oleiros, o al menos esa es la idea que se nos ha intentado vender durante muchos años, es su "singularidad", caracterizada por ser uno de los pocos municipios de Galicia que ha contado con un Plan General de Ordenación Municipal (PGOM). Esta situación, casi excepcional en nuestra comunidad, le ha permitido desarrollarse urbanísticamente, y dotar al ayuntamiento durante muchos años de una ingente fuente de ingresos. Pero, ¿ha sido acertado ese desarrollo? ¿Se ha hecho un buen urbanismo en Oleiros? ¿Tenemos garantizado con el actual Plan, aprobado parcialmente en 2009, un desarrollo sostenible en nuestro ayuntamiento?
  En esta primera reseña, quiero analizar cómo ha crecido Oleiros y cuáles han sido las concesecuencias, positivas y negativas de ese crecimiento, en los últimos 25 años.
  Desde el principio, Oleiros se ha orientado a ser un municipio residencial, principalmente de segunda vivienda, que poco a poco se ha ido transformando en un municipio "dormitorio". De los poco más de trece mil habitantes que tenía el municipio a principios de los años 80 del pasado siglo, hemos pasado a los casi treinta y cinco mil de la actualidad, es decir, casi el doble de población.
  ¿Cómo se ha desarrollado esa evolución poblacional? Fundamentalmente a través de la construcción de urbanizaciones aisladas de los núcleos poblacionales tradicionales. Una fórmula que le ha repercutido al Ayuntamiento sustanciales ingresos, procedentes tanto de las tasas de la gestión urbanística, como de la venta de suelo, consecuencia de las cesiones impuestas por la legislación urbanística. Mientras otros ayuntamientos preferían indemnizaciones económicas en lugar del suelo, el Ayuntamiento de Oleiros prefería quedarse con él, para poder "especular", durante los años del "boom" inmobiliario, sacando a subasta las parcelas para obtener beneficios más altos. Esta táctica, si bien ha tenido una parte positiva, que ha sido el aumento considerable de ingresos para las arcas municipales y la disposición de terrenos públicos para la construcción de nuevas infraestructuras, también ha tenido su parte negativa: el aumento del precio del suelo en nuestro ayuntamiento, lo que ha encarecido la obra nueva, y ha hecho que Oleiros sea uno de los municipios del área coruñesa con los precios más elevados de la vivienda de primera y segunda mano.
  Esa apuesta por las urbanizaciones ha tenido otras consecuencias negativas, principalmente dos:

 1. Una carencia de infraestructuras viarias, por la falta de previsión y la ineficiente gestión de la red viaria municipal. El crecimiento se ha planificado sobre las vías existentes en el municipio, principalmente tres: la nacional VI, la carretera a Sada, y la carretera a Santa Cruz-Mera. Ninguna de ellas es de titularidad municipal, y ninguno de los planes generales aprobados, llevaron a cabo ninguna reserva de suelo para la ampliación de dichas vías; al contrario, las alineaciones se establecieron en muchos casos a escasos metros de las carreteras, otorgándose licencias de construcción de nuevas viviendas, lo que hace que a día de hoy, sea prácticamente imposible una ampliación de las principales arterias viarias del municipio, por el altísimo coste que tendría, tanto económico como social, por la necesidad de efectuar decenas de expropiaciones de viviendas (se aprecia claramente en la foto, y basta con ver la reciente ampliación de la N-VI y el derribo de inmuebles que ha conllevado).

Urbanizaciones y presión urbanística sobre las vías principales
2. Una presión excesiva sobre el territorio, al haber convertido en urbano o urbanizable una gran cantidad de suelo. Ciertamente, poder vivir en una casa unifamiliar, con un pequeño jardín, implica una alta calidad de vida, pero tiene también efectos perjudiciales sino se hace de forma coherente: un aumento del tráfico rodado, por la necesidad de efectuar mayor número de desplazamientos; un aumento de los costes de mantenimiento de las infraestructuras y los servicios municipales (agua, limpieza, saneamiento, residuos, etc) al tener una superficie construida mucho mayor; una gran dispersión poblacional, que hace que en muchos casos el contacto entre vecinos de una misma parroquia sea casi inexistente, lo que además trae como consecuencia graves deficiencias a la hora de dotar de áreas comerciales rentables a los núcleos de población.

  Las consecuencias de este desarrollo urbanístico "extensivo" más perjudiciales, han sido:
  - la práctica inexistencia de un tejido empresarial sólido en el Ayuntamiento, que permita paliar la merma de ingresos, ahora que la época dorada del "ladrillo" ha tocado a su fin.
  - Un elevadísimo coste de mantenimiento para las arcas municipales en los servicios básicos (luz, agua, sanemiento, residuos).
  - Graves problemas de movilidad, por la inexistencia de una red viaria adecuada al incremento poblacional, y las deficiencias que presenta el transporte público.
  - Un sector terciario deficitario en el área comercial, debido al escaso margen de beneficio que los pequeños empresarios pueden tener para sus negocios por la falta de clientela.

  ¿Nos hemos desarrollado bien urbanísticamente? ¿Debemos seguir apostando por tener cada vez más suelo urbanizable y seguir haciendo más y más urbanizaciones aisladas? ¿O será mejor apostar por un crecimiento sostenible de los núcleos urbanos tradicionales? ¿No deberíamos invertir más en la rehabilitación de inmuebles que por la nueva construcción? ¿No se debería reservar más suelo para la creación de empresas y facilitar el desarrollo de las industrias tradicionales del municipio ligadas al sector pesquero?